miércoles, 21 de abril de 2010

Historia del Deporte desde Grecia

El deporte es tan viejo como el mundo. Los primeros pobladores de nuestro planeta, cuyos medios de subsistencia dependían en gran parte de su fuerza muscular, es lógico que se dieran cuenta de la necesidad del ejercicio físico. Además, el juego o deporte es en el hombre una necesidad fisiológica que se manifiesta por el deseo de alternar en la vida los actos de utilidad inmediata con los de goce desinteresado y de emulación, dando cauce a un sobrante de energías, cuyo desarrollo solaza el espíritu y restaura las fuerzas perdidas del organismo.

Para no hablar de tiempos prehistóricos, ni de la danza como ejercicio físico en la edad de las cavernas, recordaremos que muchos bajos relieves demuestran que los egipcios, 4.000 años a. de J. C. practicaban ejercicios como la carrera, el salto, la lucha y otros de sorprendente analogía con los deportes actuales. En esa misma época los hindúes practicaban la lucha, y después las leyes de Manú elevaron la gimnasia a una obligación religiosa. En China, la secta religiosa congfu, 2.800 a. de J. C., impone a todos sus adeptos una verdadera gimnasia, con movimientos respiratorios, masajes, fricciones e hidroterapia. Y los japoneses, en todos los tiempos han practicado el jiujitsu.

A pesar de todo, en Grecia fué donde por vez primera los ejercicios físicos se convirtieron en institución que, incorporada a la vida nacional, tiene significado educativo, estético y religioso. En Grecia se logró el doble fin del depone, que es dar esparcimiento al espíritu, ejercitar la voluntad y dar belleza pujante al cuerpo.

La cuna de nuestra civilización es Grecia, y en materia de deportes fueron los griegos los que mejor penetraron en el valor humano de los ejercicios físicos. Ellos comprendieron muchos siglos antes que Emerson la verdad de la máxima del escritor norteamericano de que el hombre necesita ante todo ser un "buen animal".. La perfección humana se logra cuando se alcanza una mente sana en un cuerpo también sano.

La gimnasia era un elemento característico de la formación del joven griego. Desde la infancia hasta la adolescencia, se practicaban actividades físicas en forma obligatoria y esa práctica es uno de los rasgos dominantes de la vida griega. Dondequiera que se implante el helenismo aparecen gimnasios, siendo estos los centros de mayor importancia en la vida de los helenos, estadios, donde se desarrollaban las principales actividades de los juegos panhelénicos instalaciones deportivas. El deporte, para los griegos, no solo es un entretenimiento apreciado; es una cosa muy seria, que se relaciona con un conjunto de preocupaciones higiénicas y medicinales, éticas y estéticas a la vez.

La educación física era uno de los aspectos esenciales de la iniciación en la vida civilizada de la educación. De ahí el lugar naturalmente preponderante que ocupa en el programa de la "efebia", escalón superior de la educación de las clases dominantes. Sin embargo, no parece que estuviese reservada a estos adolescentes ya mayores, ni que éstos la descubriesen en la víspera de su ingreso en la vida adulta.

Desde la época arcaica, Grecia conoció la existencia de concursos atléticos y, por consiguiente, una educación física para los niños. Se sabe con certeza que los niños en edad secundaria recibían este tipo de formación deportiva: tal es, evidentemente, el caso de Egipto, donde la "efebía" comenzaba a los 14 años. Pero también ocurre lo mismo en otras partes: en Pérgamo nos encontramos con un gimnasio para niños, distinto de los que usaban los adultos, jóvenes y efebos. En algunas ciudades del mundo griego, un "gimnasiarca" especial se ocupaba de ellos y en todas partes se le brindan formas de competencia. Se trata de concursos "municipales" dedicados a la infancia y juventud de la ciudad.

Esta forma de educación era impartida en Esparta a niñas y jóvenes, en pie de igualdad con los varones. La educación física helenística se dirigía, por tanto, a una clientela tan vasta como variada; más, no parece que en todos los casos la pedagogía estuviese muy diversificada conforme al sexo y a la edad: se nos dice a lo sumo, que los niños eran sometidos a ejercicios más ligeros que los reservados a los efebos; las pruebas deportivas de las jóvenes eran también menos duras que las de los efebos.

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